[:es]La crítica es la voz del ego exaltado. El ego exaltado piensa que es mejor que otros y que vincularse o conectarse con otros es una amenaza. La crítica tiene como objetivo separarte de otros. Si miras al otro como no tan bueno o no tan perfecto como tú quieres, estás afirmando tu superioridad. Bajo las críticas hay una terquedad de tener la razón, hay una balanza que mide quien es merecedor de tu atención y cariño. Debajo de la crítica hay inseguridad, hay miedo de conectarse y hay vergüenza de ser visto tal como eres. La crítica esconde tus mas profundos juicios sobre ti mismo.
Como desmantelar a la criticona?
1.- Sinceridad y aceptación.
Primero tienes que reconocer que realmente quieres aceptarte tal como eres. La sinceridad de no tener miedo de exponer dentro de ti mismo tus faltas, es un acto de valor y pone a tu sistema bajo una luz de amor. Por ejemplo: en uno de mis retiros había una persona que criticaba todo, aunque no lo expresara, se podía sentir su falta de integración con el resto del grupo. A medida que trabajábamos en el retiro salió a flote su más tierna inseguridad de no saber bien el idioma de comunicación que estábamos utilizando. Esta inseguridad se remontaba a memorias difíciles de su niñez. Cuando esa inseguridad se reconoce, nace un segundo paso:
2.- Aplica conciencia, visión.
Reconocer conscientemente que estás criticando, ya sea haciendo comentarios sobre otros o internamente tomando una posición enfrente de otros. Aquí debe de haber un esfuerzo de presencia. Y si coges en el acto, viene tu tercer paso:
3: No juzgar tus inseguridades. Confía que tu visión cura.
Ya cuando reconoces como haces la crítica, es una cuestión de dejarte ser. El VER es suficiente para corregir y liberar el hábito. La desconfianza de que nuestra concientización del problema puede cambiarnos, es una de las caídas personales. En vez, pensamos que necesitamos trabajar por años para liberarnos de nuestras
“ imperfecciones”. Esa actitud es una crítica interna. Nos miramos como si nunca vamos a alcanzar un estado de perfección.
4.- Reconocer que el reto real es conexión.
Al final del día, la crítica te separa de otros, es como un cuchillo que no permite a otros verte y ser amada, es una manera de mantener tu aislamiento y tu falsa identificación hacia cómo debes de ser y como debe ser tu mundo. Con la concientización de que el reto es la conexión, ya te puedes acercar a otros de una manera natural, sensible y real.
La critica y las opiniones sobre otros son posiciones internas que estancan tu ser natural. Esa identificación afirma la dualidad bueno-malo y pone tu mente en una realidad de conflicto, aislamiento y tristeza. Te depriva de todas las maravillas de la creación y de las constantes interacciones que nutren la vida, el amor y la humildad.
5.- Rompe con los acuerdos sociales
Date cuenta, en tus círculos sociales, de que la gran mayoría de interacciones en la formación de grupos es criticar a otros. Muchas conversaciones se basan en el chisme y las opiniones personales como una manera de fomentar en el grupo falsa seguridad y falsos empoderamientos (es decir, si otros son malos, nosotros somos buenos). Date la oportunidad de interactuar sin criticar a nadie, sin crear chismes y sin catalogar las elecciones de otros. Acuérdate que el mayor impacto es sobre tu mundo interior, sobre tus contactos reales, y sobre la posibilidad de crear fraternidad y compasión.
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