[:es]Nosotras como mujeres tenemos el privilegio de contar con un ciclo natural que nos da la capacidad de entender dos aspectos importantes de la vida. Podemos participar de manera comprometida en actividades que son constructivas, creativas y expansivas y podemos sentir cuando estamos llamadas a interiorizar, reflexionar y a renovarnos.

Lo que la sociedad quiere de las mujeres.

La sociedad moderna alienta a la vida productiva y de ritmo rápido. Muchas mujeres han quedado atrapadas en el rol de la súper mujer olvidando (o el deseo de olvidar), la otra cara de la moneda. Ahora hemos llegado a la locura de aceptar las píldoras anticonceptivas para eliminar por completo nuestros periodos. Todos los tipos de teorías sin sentido se dan a las mujeres para hacer de ellas esclavas de la producción de la sociedad modera. Esta actitud necesita ser entendida desde la raíz, tiene que ser reflejada y necesita crear una posición inquebrantable y personal de respeto e integridad.

Es tiempo de ir al interior.

Las mujeres sanas siempre han sangrado mensualmente sin dañar al cuerpo. En muchas culturas y a través del tiempo, las mujeres se retiraron de la vida cotidiana durante su ciclo lunar, cesando todas las actividades sociales y relaciones sexuales con hombres.

Se retiraron, meditaron y realizaron ciertos ritos. En ese aislamiento sagrado, libre de preocupaciones y energías síquicas de los demás, las mujeres tuvieron la oportunidad de usar los ciclos lunares como un catalizador para traer sus energías hacia el interior y para renovarse. Este proceso puede sonar simple, pero fue en este momento en el que ganaron y aumentaron la conciencia, la devoción y la perspectiva de ellas mismas en relación con la naturaleza. La comprensión de este ciclo interno desde una perspectiva intuitiva da a las mujeres una sabiduría profunda. Fue la enorme sabiduría de las mujeres basada en la luna y la comprensión de estos ciclos de vida que sirvieron de base para la agricultura, la astronomía e inclusive las matemáticas.

De lo sagrado al Tabú

Con el tiempo, las mujeres han perdido el verdadero significado del ciclo menstrual: un símbolo de regeneración y nacimiento. En su lugar, la sangre de las mujeres ha sido redefinida por los hombres y la iglesia como algo contaminado en lugar de sagrado, y el aislamiento autoimpuesto lo ha convertido en una exclusión de la comunidad. Hemos puesto mucha culpa en nuestro sangrado y en nuestro ciclo lunar, se ha convertido en un tabú que ahora está aplastando a la fuerza femenina vital en un concepto de enfermedad e inconveniencia. Las mujeres se han colocado a sí mismas en una ley prohibitiva que las ha deshumanizado y aislado. Han abierto la puerta a la fuerza laboral de la sociedad, la religión y los deseos de los hombres de mutar en ellos y degenerar generaciones venideras.

¿Qué hace el ciclo de la luna por las mujeres?

Nuestro ciclo de luna es sagrado, es un ciclo sagrado en varios niveles. En el nivel físico, el sangrado menstrual libera el exceso del hierro almacenado que es un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares, ataques al corazón y derrames cerebrales. Esto sin duda, pone a las mujeres antes de la menopausia en un porcentaje menor de tener ataques al corazón o derrames cerebrales. La liberación máxima de hormonas durante el ciclo menstrual es importante para la salud de los senos y los huesos, sobre todo en el desarrollo de los adolescentes. A nivel psicológico este es un momento en que la mujer aprende como detener sus innumerables actividades, preocupaciones y cargas, y en su lugar ella pueda acceder a su proceso emocional y traer esas ideas sobre la renovación de la familia.

El flujo es un apoyo espiritual y social.

De acuerdo con el nivel del despertar de la mujer, esta vez puede ser utilizado para ejercer la redención, la devoción y la oración. Es un momento donde las meditaciones pueden ser tan dulces, personales, poéticas y suaves. La debilidad natural del cuerpo en este momento, abre la puerta para que el espíritu sea concreto, presente y con experiencia (los yoguis tienen que ayunar y realizar muchas austeridades para alcanzar ese nivel de experiencia).

A nivel social, podemos dar a la familia un descanso, todo lo que necesitamos es tomar ese día libre y reducir las expectativas, y demostrar que es un momento bienvenido para el plato caliente de la sopa o el masaje en los pies. La familia puede aprender este aspecto nutritivo y ese sentido de servicio para su cuidado.

La dulce rendición a nuestro ciclo de la luna, es una celebración que puede rescatar la gracia y la sabiduría de la naturaleza en nosotras; además de aumentar la aceptación colectiva de las mujeres, y enseñar a los hombres la fuerza oculta de nuestra naturaleza cambiante. Por encima de todo, se le dará ese grano de sabiduría y regeneración de las futuras generaciones – tan bombardeadas ahora con deshonra, vergüenza y culpa – de esta danza entre nuestros cuerpos y la ley universal de la renovación.

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