[:es]El pequeño corazón es la manera de percibir y experimentar la densidad en la tierra. Se percibe la realidad de forma estrecha y de forma personal. En un cierto sentido, el pequeño corazón no entiende las dinámicas de la tierra y sigue los consejos de nuestro auto- interesado ego.
El pequeño corazón ve una realidad falsa y ve nuestra rutina diaria como toda la verdad de la existencia. Ve esta realidad como legitima, y como una manera de ser bueno y perfecto.
Este pequeño corazón crea historias, cree y siente nuestras historias y se guía por nuestras historias. El pequeño corazón siente y almacena la energía proveniente de nuestras historias. Esto puede ser un proceso abrumador, porque nuestras historias y conversaciones internas se convierten en la base de nuestra identidad.
Las historias de nuestro pequeño corazón crean un movimiento que es irregular, que tiene una densa gravedad y sólo produce dramas, sobre- extensiones y una percepción irreal de la realidad. Nuestra voluntad personal de ser bueno y del bien, de ser perfecto y vivir en la tierra con el mínimo de alteración posible mueve el corazón pequeño. Crea una fantasía de esperanza y ilusión.
Cuando nuestra realidad nos muestra nuestras lecciones y nos desafía con dificultades, el pequeño corazón lo toma personalmente.
Estas conversaciones procedentes de nuestras historias puede adoptar diferentes formas como:
Culpa: “Soy infeliz porque la vida y otros están haciendo esto o aquello en contra de mí”.
Injusticia: “¿Por qué todo el mundo está recibiendo atención y yo no?”
Control: “Necesito hacer o tener un plan para salir de mi dolor”.
Justificación: “No puedo hacer esto o aquello, o tener lo que me merezco, porque no tengo tiempo, dinero, salud…”
Exaltación: “Tengo que demostrar que soy mejor que los demás haciendo…”
Opiniones: “Los demás no piensan muy bien de mí”.
Fijaciones: “Yo sé más que otros, así que puedo aconsejar”.
Descontento: “Me falta algo para ser feliz”.
Duda: “¿Estoy haciendo lo correcto?”
Desesperación: “Estoy al borde de la desesperación”.
Dispersión: “Tengo que esforzarme en todo lo que hago; tengo que aplicar mi voluntad”.
Victimización: “Todo el mundo se aprovecha de mí”.
Disgusto: “Nadie me quiere”.
Aferramiento: “Tengo que seguir teniendo o haciendo esto para ser feliz y estar bien”.
Distracciones: “¿Qué es nuevo, que me estoy perdiendo?”
El auto-mejoramiento: “Tengo que seguir trabajando sobre mí, volverme mejor”.
Impresionar: “Necesito hacer o tener, para impresionar a los demás”.
Privacidad: “Debo ocultar mis errores, pensamientos y sentimientos reales”.
Las conversaciones son realmente infinitas, pero no importa la conversación, el pequeño corazón ve la vida como una amenaza, como una supervivencia y como un deber. Si hay alguna palabra clave para describir el pequeño corazón es la falta de auto-responsabilidad. No me refiero al deber, sino a la realización de que eres el creador de toda tu realidad entera, y como creador tienes la gestión total de tus opciones y respuestas.
Cuando vivimos nuestra vida desde el lugar del pequeño corazón, sólo nos asociamos con una realidad lineal, reactiva y con nuestro ego. Como resultado de ello sufrimos en nuestro pequeño y aislado mundo.[:]