[:es]Restaurar la soberanía es simple cuando tienes las herramientas para anclarte a tu núcleo. El problema es que el concepto de la herramienta que usualmente tenemos está ligado al realizador, al actor y al forzoso ser que quiere resultados. La meditación es una herramienta, pero también es un estado natural del ser. Es verdaderamente un proceso poético para liberar la mente de todos sus contenidos, de todo su pensamiento condicionado y entrar inocentemente a la soledad del silencio.
El silencio solo emerge, y digo emerge porque siempre ha estado ahí, esperando, como un fiel observador de todas nuestras aventuras, dramas e historias de vida. Ese silencio solo puede surgir cuando uno ve las limitaciones del pensamiento propio, cuando uno ve que nuestra manera de pensar no nos ha traído libertad, verdad o paz. Ese simple reconocimiento es todo lo que necesitamos para llegar a un estado natural de silencio y claridad interna.
El silencio empapa todo los seres vivos, mientras cada uno se encuentra solo en su completo ser, en completa presencia y en total honor a su divinidad.
Es esa profunda soledad y estado de soberanía donde no somos tocados por ninguna idea o concepto. De hecho, esa soledad y quietud es esa que anima todo lo que pensamos que somos y todas las cosas que hacemos.
Estamos en cada instancia, hace 2000 años así como ahora, requiriendo levantarse, para defender y para descubrir el amor a uno mismo que nos dirige más allá del miedo y hacia la vastedad de nuestro ser. Ese reconocimiento requiere que seamos auto-soberanos, donde nos encontramos libres de la amenaza de nuestra mente y la fuerza ilusoria de nuestras emociones. Ese espacio de neutralidad ya no nos mantiene cautivos, ya sea por nuestra mente o nuestros miedos.
De dónde venimos: la pobreza, injusticia, guerra y juicios internos, es un pasado saturado con experiencias de dualidad. Nuestro ser colectivo está listo ahora para dar los pasos hacia la completitud y la unidad de todo nuestro modo de existencia.
Estamos aquí hoy porque estamos listos para decir sí, para respetar al planeta y a todas sus creaturas vivientes; estamos listos para decir sí a la quietud, naturaleza y paz. Estamos listos para decir sí a la autonomía, donde aquello que los demás dijeron, ya no es una excusa para mantener nuestra unicidad y expresión. Ese es el cambio de conciencia, es un simple “¡Sí! Estoy listo.” “Sí, soy capaz de ver a otra persona sin mis prejuicios, envidias e inseguridades.” ¿Estás listo para encontrarte solo en tu individualidad y en la gracia de la vida? Si tu respuesta es sí, relájate, tu tiempo ha llegado. Si tu respuesta es no, ahora no tienes otra opción más que soltar la fútil resistencia de tu zona segura. El tiempo de ser soberano ha llegado.
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